miércoles, 24 de noviembre de 2010

Mis ruecas. Parte I

Ya más o menos un año ando con ganas de aprender a hilar. Y durante este tiempo he hecho algunos progresos. 

Lo primero que hice fue buscarme una rueca. Pero no podría ser una rueca cualquiera. Yo quería una antigua y de mi tierra. Será por patriotismo o cultura visual, no lo sé, pero no me van las ruecas modernas de contrachapada, simplemente no me gustan, me parecen demasiado planas y frías.


Así que puse las manos a la obra y me busqué una rueca antigua por anuncio. La tenía un señor que vivía en el campo (de Letonia, claro) y después de muchos tejemanejes por fin tenía una caja de cartón con celo en el que con letras azules se ponía LATVIJAS PASTS (CORREO DE LETONIA) y al agitarla dentro se sonaban detalles de madera. ¡Qué ilusión!

Era una rueca verdaderamente vieja, cubierta de mugre, con las patas parcialmente comidas por esos gusanos que se alimentan de madera. Además alguien había fijado con ¡clavos! los detalles que ya se caían.




Quité la mugre y los clavos, lijé todos los detalles. Los pegué y barnicé. Lo monté. Y pensé que ahora sí que voy a hilar. Estaba convencida que sólo al sentarme con mi rueca ya podré hilar cantando. Pero que va. No me salía gran cosa.

Dejé la rueca como decoración y empecé a buscar algún curso de hilado. El único sitio que conseguí encontrar en la comunidad de Madrid era el estudio textil Indigo. 

Y hace poco hice ahí el curso de hilado. Además Enrique me alineó la rueca. En fin, no hilaba porque la rueda (o rueca, como se llama también) no estaba en la misma linea que bobina y, claro, yo como completo profano en ruecas no había notado ese desperfecto. 





Pero eso aún no era todo. Cuando intentaba hilar, notaba que a las patas (bonitas, tornadas de madera maciza) les faltan altura. Seguro que la rueca había estado en algún galpón donde se las habían comido los gusanos. Así que las he llevado a un carpintero para que se las añade los "pies".

No he perdido esperanza un día hilar hebras finitas con mi rueca letona.

4 comentarios:

  1. ¡Seguro! que lo consigues y enseguida, conociendo tu experiencia en fibras, hilados y tejido. Preciosa la rueca y más bonita aún su historia y tu tesón por restaurarla, comprar una nueva no tiene ningún mérito. Te felicito y espero ver pronto fibra hilada por tí. Yo de momento me conformo con aprender a hilar con huso.
    Bss.

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  2. Que lindo proyecto. me encanta recuperar cosas y más con esa expectativa de hilar. Que salga todo " redondo".

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  3. Anónimo26/11/10

    Hola Guna:Qué bonita rueca y cómo habrás disfrutado con la restauración!.Compartimos ilusiones,sólo que las mías se van quedando rezagadas,la imagen de una mujer hilando en una rueca me lleva a cuentos infantiles que me llenan de nostalgia.Un abrazo:Elza.

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  4. Seguro que al final el trabajo te merecerá la pena.
    Y te va a quedar preciosa, tanto de decoración como de uso ...
    un abrazo,
    SIONA

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