Cajas pequeñas, cajas grandes

Ayer fuimos a recoger cajitas que habíamos encargado en "La Fábrica de Cajas" donde las siguen haciendo artesanalmente. Quedamos muy contentos porque las cajas eran muy bonitas y además hechas a mano.


Ya después de hacer una vuelta en camino al coche mi marido me dice: Mira, un baúl antiguo. Y era él, un baúl como Díos manda, con sus cierres, sus costillas de madera por encima del forro, sus refuerzos de metal en esquinas. Lo único que le faltaban eran agarraderos de cuero en ambos lados. Por motivos desconocidos estaban cortados. 

Un baúl muy parecido pero más pequeño yo ya había encontrado una vez en Rīga, mi ciudad natal. Al mudarme a España lo dejé a mis amigas que siguen utilizandolo. Ese sí tenía los agarraderos, pero los cierres estaban forzados. 

Convencí a mi querido que esto es una cosa que necesito tener, aunque en el trastero (para guardar mis lanas, por ejemplo), nos lo cargamos y por asombro de habitantes y visitantes del barrio de Malasañas llevamos baúl al coche. Ahora me llama basurillas, pero le agradezco mucho la ayuda y doy gracias al Universo por este inesperado y bonito regalo.