Ayer por la noche nos reunimos en el sitio habitual para el 2º Taller de punto. Aparte de las iniciadoras -Ana, Teresa y Marián- esta vez vinieron también Aurora y Elsa, lo pasamos charlando y tejiendo y nuestro humor no podía estropear ni el camarero infeliz y pesado que esta vez nos tocó.
Con este taller he entendido que el calado no es tan fácil y simple como yo lo he creído toda mi vida, que hay personas a las que tejer algo así cuesta más concentración y esfuerzo. Sabiéndolo no hubiera empezado con un diseño tan complicado, pero al hecho pecho, poco a poco vamos avanzando y creo que llegaremos a la meta aunque tardaremos más.
Estoy encantada por compartir mis conocimientos tejeriles y ya pienso organizar para el otoño algún taller más. Podríamos hacer algo de tejido modular o patchwork, tejer unas manoplas letonas, unos calcetines turcos, algo de calado...
Guna, gracias a tus conocimientos y ayuda todo es más fácil. Pero efectivamente para el nivel no ya de calados sino de tejido en general que teneis en el norte de Europa aquí estamos en pañales. Ya sabes que cuando acabemos el pañuelo yo me apunto sin dudarlo a lo que tú digas.
ResponderEliminarBss
¡Gracias a vosotras por darme la posibilidad de enseñar! Es algo que me gusta igual que aprender cosas nuevas. Y también gracias por vuestra amistad, amabilidad y esfuerzo. Estoy encantada.
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